Además de las consecuencias
mencionadas, la explosión desencadenó algo más: encendió en la
ciudad una suerte de "psicosis". En los medios se hicieron
cotidianas las noticias de alertas por fugas de gas y fue así que,
el olor a gas que cualquier hijo de vecino sentía hacía tiempo en
su pasillo, en el ingreso al edificio o en su casa, se transformó en
tragedia en potencia.
Toda conexión de gas quedó bajo
sospecha y en más 160 edificios en la ciudad hubo una señora , un
joven, o una o más madres aterrorizadas que decidieron no mirar para
otro lado ante irregularidades en el suministro de gas y hacer la
denuncia en Litoral Gas, la empresa concesionaria del servicio en la
provincia.
En esta línea de tiempo, una muestra
de ese proceso que se desencadenó de miedo; de detección y
denuncias de irregularidades en el suministro del servicio; y del
accionar de Litoral Gas ante esas situaciones.
La Municipalidad de Rosario, así como
Litoral Gas, impulsaron un relevamiento del estado de las conexiones
de gas de los edificios antiguos, inspecciones e instalación de
nuevos reguladores.
Basta de atar con alambre, al menos
por ahora
Dentro de cada noticia, de esos más de
160 cortes de gas, hay historias, hay personas que rompieron con el
transcurrir de negligencias, impericias y precariedades y
materializaron sus miedos a través de una denuncia en Litoral Gas.
Aquí 4 historias en la voz de sus
protagonistas:
Paula es inquilina y comparte el departamento con amigas, estuvo 5 meses sin gas. En su historia aparecen situaciones de malestar debido a que la administración no consultó a los vecinos antes de llamar a la empresa "se sabía que si llamaban a Litoral Gas iban a cortar". También se retrata cómo la empresa agudizó los controles y exigió las adecuaciones reglamentarias para restituir el suministro.
Paula es inquilina y comparte el departamento con amigas, estuvo 5 meses sin gas. En su historia aparecen situaciones de malestar debido a que la administración no consultó a los vecinos antes de llamar a la empresa "se sabía que si llamaban a Litoral Gas iban a cortar". También se retrata cómo la empresa agudizó los controles y exigió las adecuaciones reglamentarias para restituir el suministro.
Micaela vive junto a su hermana, alquiló su departamento una semana antes de que comenzara el inconveniente con el gas y pasó 10 meses sin el servicio. En su relato aparecen demoras en enviar operarios, falta de más personal, conflictos entre gasistas matriculados, vecinos y empresa.
Iván es el encargado del bar que está instalado en un local de un edificio. Cuenta las dificultades de no tener gas, sumando las pérdidas económicas que ocasionó esta situación a su comercio.
Natalia estuvo sin gas 3 meses y ella cuenta que "el olor a gas estuvo siempre, desde que yo alquilaba ahí", para luego cerrar su testimonio con un: "vinieron, conectaron y no revisaron nada...hay días que hay muchísimo olor a gas, mucho más que antes".
Estas historias condensan todos los elementos del fenómeno, deficiencias de larga data naturalizadas, un hecho que funcionó como alerta y ahí sí, la toma de conciencia. En el caso de la empresa: falta de controles, flexibilidad en el cumplimiento de la norma, el hecho que funcionó como alerta y entonces sí, la toma de recaudos, agudización de los controles y procedimientos.
En ambos casos, hay señales de que la
reacción podría ser sólo, mientras dure el temblor.
El debe y el haber del
aspecto institucional
El Rol de Enargas
Consultamos al asesor legislativo de un
diputado nacional por Santa Fe, quien describió el escenario actual
en materia de derechos y obligaciones de Litoral Gas y Enargas (Ente
Nacional Regulador del Gas).
"La explosión de calle Salta
generó una intensificación de las actuaciones por parte de Litoral
Gas S.A. para evitar situaciones de riesgo. En ese marco, comenzó a
exigir puntillosamente que los inmuebles estén adaptados a las
últimas normativas, que muchas propiedades no cumplen, y entonces
optaron por cortar el suministro hasta tanto se regularice la
situación. Nosotros estamos de acuerdo con la aplicación de normas
para garantizar la seguridad, lo que queremos pedir es un mecanismo
para poder hacer las adecuaciones sin crear más riesgo, actuando de
modo rápido, eficiente y buscando financiamiento ".
En referencia a ENERGAS expresó: "es
necesario que reasuma una función del Estado y establezca un
mecanismo de verificación de llamadas, constatación de la
existencia de un problema grave, e informe del plan de adecuación
exigido a los vecinos, antes de dar intervención a la concesionaria
para activar un corte del servicio de gas natural, al tiempo que,
durante el periodo de corte, audite los procedimientos aplicados por
la empresa en el control de la ejecución de las obras y su
aprobación".
Las deudas pendientes de Litoral Gas
Pese a los intentos de hablar con la
empresa concesionaria, luego de la tragedia, los directivos han
determinado no conceder entrevistas a la prensa.
El asesor legislativo, por su parte,
nos brindó la siguiente información: "aún en el supuesto de
que ENARGAS asuma la responsabilidad de las inspecciones previas a
los cortes, Litoral Gas debe invertir más en recursos técnicos y
humanos para los controles previos a las rehabilitaciones. De lo
contrario, la cuestión pasa por plantear la necesidad de optimizar
los procedimientos y recursos de la prestataria para realizar las
verificaciones domiciliarias y disponer las suspensiones primero y
las habilitaciones después. Tiene que multiplicar la capacidad de
realizar inspecciones para reducir los plazos y transparentar el
seguimiento de los trámites y el acceso a la información por parte
de gasistas matriculados, administradores y vecinos".
Al parecer, frente a este panorama, en
el que los cortes de gas se suceden a diario, hay que pensar en un
doble plano. En lo inmediato, que el Estado a través del ente
regulador tome participación, y a mediano plazo, resulta esencial
pensar en un esquema que comprometa y active la participación de
todos los sectores para dialogar sobre la reglamentación que hace
que Litoral Gas S.A. le corte el suministro a decenas de edificios.
Los principales inconvenientes
detectados están constituidos por la lentitud con que Litoral Gas
hace las inspecciones y la falta de información. Los turnos se
acuerdan con un plazo de 60 días y sí es necesario hacer una
corrección nuevamente hay que pedir turno por el mismo plazo. Este
plazo primero corre para el edificio, cuyo servicio se rehabilita con
1 a 10 unidades y luego se reproduce para cada departamento (cada
departamento que no ingreso en la primera habilitación debe
gestionar su turno o varios turnos, si no supera en la primera
oportunidad). Para agravar aún más la situación, los gasistas
presentan el proyecto de obra y no tienen dictamen previo a realizar
los trabajos, puesto que de lo contrario se demorarían aún más.
Por otra parte, ni siquiera los gasistas pueden acceder al
seguimiento del expediente, respecto del cual no se les entregan
constancias de recepción (copias firmadas) de los documentos
presentados. En el caso de vecinos y administradores, que tienen un
interés legítimo, están excluidos de revisar el expediente y deben
confiar en la información provista por sus gasistas, que como vimos,
no tienen respaldo documental para dar cuenta de sus gestiones.
Ineficiencias por parte de los gasistas
En cuanto a los gasistas el
entrevistado consignó: "no todos los matriculados deberían
estar en condiciones de tomar una obra de una propiedad horizontal.
Los edificios que llevan alrededor de 6 meses de corte o más
responden a la ineficiencia del gasista que no supera en las
inspecciones respectivas de Litoral Gas las exigencias sobre las
obras. Esto puede obedecer a falta de conocimientos técnicos, falta
de recursos o de personal a cargo. Litoral Gas o ENARGAS deben tomar
intervención y clasificar a los técnicos según su idoneidad para
esta escala de trabajos, considerando que una elección equivocada
multiplica los plazos".
Sobre este tema, a su vez entrevistamos
a Jorge Cribb, gasista matriculado de primera categoría, dirigente
de la agrupación "Unidos por el cambio", miembro de la
Asociación de Gasistas Matriculados. El entrevistado dio su visión
sobre Litoral Gas antes y después de la tragedia y puntualmente
denuncia que la empresa solicita al matriculado "que ejerza el
poder de policía, poder que es indelegable y potestad exclusiva del
ENARGAS y de las concesionarias". La agrupación que conduce, se
está oponiendo a este accionar y realizó presentaciones al
respecto, ante la Auditoría General de la Nación.
"Pretenden que cuando los llaman
por una obra, no sólo se ocupen de eso sino que también el gasista
intervenga en todos los departamentos o en todo el condominio
controlando medidores. Que entre a los domicilios y revise que toda
la instalación esté en condiciones, realizar un plano y certificar
de que no hay pérdida y que la instalación está en condiciones de
seguir funcionando. Esto obliga a asumir responsabilidades que no le
corresponden al gasista matriculado". Y explicó: "si
Litoral Gas tiene interés en inspeccionar debe enviar una
notificación y ahí sí puede asumir la tarea un gasista
matriculado".
El modo condicional
Para cerrar, compartimos el análisis
pericial de causas de la explosión en el edificio de Salta 2141. El
informe, realizado por la empresa GIE que se dedica a análisis de
causa raíz, revela que no hubo seguimiento de protocolo, por parte
del gasista que intervino el edificio.
En el último párrafo del apartado "Conclusiones" se lee lo siguiente:
En el último párrafo del apartado "Conclusiones" se lee lo siguiente:
"De haberse seguido los
procedimientos legales y de haberse cumplido con las normas de
seguridad el siniestro no se habría producido". Ese modo verbal
condicional que nos recuerda tan certeramente y sin rodeos que
nuestra vida cotidiana está plagada de tragedias latentes, pero que
no pasa nada, hasta que pasa.